
A más de 3 años del cambio de Gobierno, y de 2 desde la normalización de la medición de inflación parte del Indec, a partir de mayo de 2016, cuesta diferenciar qué sorprendió más del resultado de enero, que arrojó una aceleración a 2,9% que cortó 3 meses consecutivos de aminoramiento del ritmo de alza de los precios al consumidor: que superara las proyecciones de los estudios privados, incluso de los sindicatos; o ese punto de quiebre, pese al rigor de la política monetaria y la baja real del gasto público.
De ahí que no puede tomarse como accidental la tardía reflexión del presidente, Mauricio Macri, cuando una semana atrás, alertado sobre cómo venía la medición de la variación del promedio de precios al consumidor, dijera: “Nos está costando bajar la inflación más de lo que imaginé”. Saltó a 49,3% en 12 meses, la más alta en 27 años, cuando la economía acusaba los efectos inerciales de la hiperinflación de 1989 y 1990.
Las proyecciones de inflación interanual hasta fin de año, sobre la base del consenso del mercado que relevó el Banco Central en los últimos días de enero, y asumiendo que superada la etapa de aumentos de los precios regulados que el Gobierno anunció a fines de 2018, el ritmo de alza mes volverá a la zona de 1,5%, indican que hasta mayo a tasa interanual se sostendrá en el rango del 50 por ciento.
Incluso, en el ejercicio hipotético que desde este mes desaparezca la inflación, esto es que el promedio de precios de los bienes y servicios al consumidor arroje 0% hasta diciembre próximo, la tasa interanual se mantendrá por arriba del 40% hasta marzo; se atenúa hasta 30% en junio, y desciende de ese umbral a partir de julio.
Aun con inflación del 0% mensual desde febrero hasta diciembre próximo, la tasa interanual se mantendrá por arriba del 40% hasta marzo; se atenúa hasta 30% en junio, y desciende de ese umbral a partir de julio
Aumentos generalizados y extendidos
Cabe notar que si bien se ha instalado en la sociedad, y entre muchos dirigentes políticos, que el principal impulsor de la inflación ha sido la política de “rebalanceo tarifario”, para descomprimir el peso del gasto en subsidios sobre las finanzas públicas, la lectura del último comunicado del Indec sobre la variación de los precios al consumo, tanto en el mes, como en comparación con un año antes, y por regiones del país, reveló que las subas fueron generalizadas y extendidas.
El relevamiento de precios del Indec reveló una vez más que las subas fueron generalizadas a casi todos los rubros y regiones, en servicios públicos, como privados, y en bienes transables y no transables con el resto del mundo
No sólo en el caso de los bienes transables con el exterior, o con fuerte incidencia de los precios internacionales y la devaluación del peso, sino también en los bienes y servicios que sólo se venden en el mercado interno, pese a la fuerte retracción del consumo de las familias.
Entre los industriales, y también entre los representantes de las economías regionales, justifican la suba de precios y la pérdida de rentabilidad, por el aumento de los costos internos, los cuales han demostrado ser más altos cuando se vende menos.





